Chambord


El joven Rey Francisco I tenía 25 años cuando se inició en 1519 la enorme obra del castillo de Chambord. Se vivía entonces el Siglo de Oro español y España brillaba con el poder del rey Carlos V y luego de Felipe II, las expediciones al Nuevo Mundo y el arte del final del plateresco.
Desde su ascenso al trono en 1515, Francisco I emprendió la conquista de la provincia del Milanesado, en Italia, que su antecesor Luis XII no había podido conservar. De regreso a Francia, con el emblema de la victoria de Marignan e influenciado por la arquitectura italiana del Renacimiento, este ambicioso y joven rey, apasionado por la caza, emprendió la construcción del castillo de Chambord. Conservando en su diseño la apariencia de una fortaleza medieval (Torre del Homenaje flanqueada por cuatro imponentes torres, dos alas y una muralla que encierra el conjunto).


Chambord constituye una síntesis sorprendente entre las formas heredadas de siglos anteriores y la arquitectura innovadora del Renacimiento italiano (logias, terrazas, machones verticales y molduras horizontales que dan ritmo a las fachadas).


Pensado inicialmente como albergue de caza, la arquitectura de Chambord lo hizo en todo punto desmesurado: 156 metros de longitud, 56 metros de altura, 77 escaleras, 282 chimeneas y 426 piezas. Sin embargo, a pesar de sus dimensiones colosales, la silueta del palacio sigue siendo atractiva por su gracia y su equilibrio. Entre todos los materiales utilizados para esta construcción, la toba es la que llama la atención del visitante pues, aunque fue utilizada en la mayor parte de los palacios del Valle del Loira, sin duda es en Chambord donde esta roca calcárea, blanda y frágil, ha sido trabajada con mayor virtuosismo.


Francisco I pasó en Chambord apenas 72 días durante sus 32 años de reinado. Nunca vio la obra terminada y a su muerte tan solo la Torre del Homenaje y el ala real habían quedado concluidas. Su hijo, Enrique II, así como Luis XIV, igualmente aficionados a la caza, dieron a Chambord el aspecto que hoy conocemos.

PLANTA BAJA

La Torre del Homenaje


En el centro de la Torre del Homenaje se encuentra la famosa escalera de doble revolución, que lleva a los tres niveles del castillo. Esta constituida por la unión de dos escaleras de tornillo que giran alrededor de un núcleo central hueco. Este conjunto es el apoyo de la Torre y su linterna, coronada por la flor de Lis. Dos personas que recorran cada una un vuelo de la escalera podrán verse por las aperturas del núcleo pero no se cruzarán jamás.


El decorado esculpido es una de las obras del Renacimiento francés. En cada nivel alrededor de la escalera se encuentran cuatro vestíbulos dispuestos en forma de cruz y estas salas se reparten hacia cuatro secciones de habitación perfectamente idénticas.


Esta planta muy innovadora en Francia, y la ingeniosa escalera central, sugieren que Leonardo da Vinci, que había llegado a Francia a solicitud de Francisco I en 1516 haya podido ser uno de los inspiradores del proyecto.

 

PRIMER NIVEL:APOSENTOS REALES

La Capilla

La construcción de la capilla, en el mismo nivel de la habitación de Francisco I y empezada por él mismo, sólo concluyó bajo el reinado de Luis XIV con la dirección de Jules Hardouin Mansat, arquitecto de Versalles. Su dimensión es excepcional y constituye la pieza más grande del Palacio.

Habitación del rey Francisco I


Habiéndose alojado inicialmente en la Torre del Homenaje, el Rey decidió trasladar su habitación a una de las alas, a la cual se tienen acceso mediante una galería y una escalera de caracol en fachada.
Esta ala está compuesta por una recámara, dos gabinetes, un pequeño oratorio y una Sala de Consejo, con una superficie inicial de 270m2, pero dividida desde comienzos del siglo XVII por Gastón de Orléans (hermano de Luis XIII y tío de Luis XIV).

Sala del Consejo

Aposentos de Ceremonia


En 1680, para plegarse a las reglas de etiqueta que se impusieron bajo Luis XIV, se reunieron los dos aposentos situados a lo largo de la fachada Norte, y se condenó el vestíbulo del mismo costado.

Estufa de cerámica

El resultado fue una sucesión de Salas de Guardias, primera y segunda antecámara, recámara de ceremonia y piezas privadas, tal como en Versalles. El decorado de los aposentos de cerámica visible hoy es el que escogió el Mariscal de Sajonia (siglo XVIII). Los muebles se han reunido sobre la base de este último estado conocido.

Aposentos de la Reina


Fueron ocupados por las dos esposas sucesivas de Luis XIV, María Teresa de Austria y Mme. De Maintenon. Están situados en la torre adyacente a los aposentos del Rey. Tal como estos últimos, estaban compuestos por una sala de guardias, dos antecámaras, recámara y piezas privadas. Una de las dos antecámaras fue transformada en comedor por la Duquesa de Berry durante el siglo XIX.

Aposentos del Siglo XVIII


Nunca había estado Chambord habitado con tanta frecuencia como en el siglo XVIII (12 años). Estos aposentos fueron ocupados por los íntimos de Estanislao Leszczynski y el Mariscal de Sajonia, y luego por los gobernadores de Chambord. Los criterios de comodidad habían cambiado mucho desde Francisco I: con el fin de mejorar la calefacción, se redujo el volumen de las salas mediante divisiones, se crearon nichos y se rebajaron los cielos rasos. También se construyeron chimeneas de menor tamaño dentro de las grandes chimeneas del siglo XVI.

Museo del Conde de Chambord

El conde de Chambord fue propietario del castillo desde 1821 hasta su muerte, acaecida en 1883, pero tan sólo pasó allí 3 días. Último heredero de los Borbones, se le llamó a ocupar el trono en 1871 como consecuencia de la derrota de Francia frente a los prusianos. Se negó a aceptar la bandera tricolor, por lo que reanudó su exilio y fue proclamada la Tercera República.
Entre otros objetos el museo expone la colección de juguetes militares del Conde, su vajilla y su platería, un lecho de ceremonia y una serie de grabados y retratos que pertenecieron a su madre, la Duquesa de Berry.

 

SEGUNDO NIVEL

Decoración de las Bóvedas


Las esculturas de las bóvedas de las grandes salas del segundo nivel son un elemento insoslayable de la visita de Chambord; en ellas se asocian la F, monograma de Francisco I, con su emblema de la salamandra, animal mítico capaz de vivir en las llamas. Las salamandras de Chambord ilustran la divisa del soberano nutrisco et exiguo que podría traducirse como me alimento [del buen fuego] y me extingo [del mal fuego].

Fundación de la Maison de la Chasse et de la Nature


Chambord existe sólo gracias a la afición de Francisco I por la caza, y el segundo nivel del palacio está dedicado a estos temas. La zona Norte muestra los diversos tipos de caza del siglo XVI, mientras que en las demás zonas, las colecciones de tapicerías sobre grandes mitos de la antigüedad relacionados con la caza nos hablan de la inextinguible fuente de inspiración que es este deporte para los artistas.

TERRAZAS


Las terrazas del palacio ofrecen tanto el espectáculo de los tejados, simbiosis extraña del gótico flamígero y del Renacimiento italiano, interpretada por los artesanos franceses, como un magnífico panorama sobre todo el paisaje de Chambord.

EL PARQUE
Este recinto cerrado por un muro de 32 km de longitud y atravesado por seis puertas tiene una superficie equivalente a París intramuros (5.440 hectáreas). Hoy en día es el mayor parque forestal cerrado de Europa. Ha sido constituido en coto nacional de caza y contiene una variada fauna de animales en libertad total.
 
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Toda la información escrita pertenece a la Guía de visita del castillo de Chambord.

Página web: castillo de Chambord.

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