Hoy tenemos por delante una etapa más larga que en las últimas jornadas... como las primeras del viaje. Viendo el libro de ruta no hay ningún castillo para visitar así que podremos pedalear más rato, siempre y cuando no nos encontremos con algún imprevisto.
El Maine (Bouchemaine)
Salimos del camping para terminar de bordear el lago Maine y acompañar los últimos kilómetros del Maine hasta su encuentro con el Loira. Hace buen día desde primera hora; el día apunta maneras.
Puente de Bouchemaine (Bouchemaine)
El primer pueblo por el que pasamos hoy, Bouchemaine, está a 4 km del camping, muy cerca de la confluencia de los dos ríos. Muy cerca del Ayuntamiento, sin tener que desviarse de la ruta, encontramos una caseta de información donde preguntamos la disponibilidad de alojamiento y algo que nos llama mucho la atención.
Se trata de una pequeña estación para bicicletas donde se les puede dar un lavado o hinchar ruedas y que dispone también un banco donde sujetar la bici por si hay que hacer algún tipo de reparación. No hay nada mejor que pedalear con la bici reluciente, de modo que...
Granero del s. XVI y posterior capilla de Notre Dame de Ruzebouc (La Pointe)
Un poco más adelante ya tenemos el Loira a nuestra izquierda, más o menos cuando la ruta se desvía para atravesar La Pointe, con una interesante subida al principio, retornando a la orilla con desniveles mucho más suaves hasta la llegada a Savennières.
Savennières posee una de las más antiguas iglesia de todo el oeste de Francia. Este conjunto pre-románico está fechado a finales del IX, justo después de las últimas invasiones normandas.
Después de alejarnos subiendo toca bajar de nuevo hacia el río y nos encontramos con él tres kilómetros después, tras atravesar La Possonnière.
Iglesia de St-Pierre (Savennières)
Savennières posee una de las más antiguas iglesia de todo el oeste de Francia. Este conjunto pre-románico está fechado a finales del IX, justo después de las últimas invasiones normandas.
Después de alejarnos subiendo toca bajar de nuevo hacia el río y nos encontramos con él tres kilómetros después, tras atravesar La Possonnière.
Iglesia de St-Jacques, con posteriores reformas desde el s.XIV (La Pointe)
A la llegada a orillas del Loira, cerca de un pequeño puerto, las vistas y unos bancos invitan a detenerse unos momentos y tomar una pieza de fruta mientras varias piraguas siguen el curso de las aguas.
Nosotros hacemos lo mismo durante unos 7 km. A esa distancia el Loira se abre rodeando la enorme isla de Chalonnes hacia la que la ruta se encamina, pasando primero sobre el brazo Grande y luego por el de Cordez antes de bajar a la propia isla.
Atravesamos la isla de Norte a Sur dando algún pequeño rodeo y pasando por varias granjas.
Al otro lado de la isla, y de un nuevo brazo del Loira, aparece Chalonnes-sur-Loire, casi el punto en el que empezamos a recorrer la isla hacia el Oeste.
Estos casi 9 kilómetros que avanzamos por la isla hasta abandonarla, nos dejan a las claras que se trata de un enorme maizal. Hay multitud de granjas y algunos pequeños caseríos, como el de La Basse Île donde se puede encontrar un sitio para descansar sentado en un peculiar bar.
Finalmente cruzamos el brazo del Sur para llegar a la orilla izquierda del Loira, en un lugar donde un más que curioso edificio nos llama la atención inmediatamente.
Se trata del pozo de la mina de la Zanja, construido en 1875. Con sus 32 metros de altura se trata de uno de los 13 pozos de piedra mejor conservados de Francia.
Este pozo alimentaba con toba calcárea extraída a unos 175 metros de profundidad, los cercanos siete hornos de cal. A continuación se enviaba la producción al puerto de Montjean-sur-Loire para que llegase a su destino.
Tal y como rezaban los carteles, la cal se hacía llegar al cercano puerto del pueblo, hoy en día inactivo, aunque una pluma recuerda su actividad.
También en el puerto se encuentra el ferry que cruzaba a las personas y a las bestias desde Montjean-sur-Loire hasta la isla de Chalonnes (entre 1958 y 1977), incluso después de que los dos puentes estuvieran levantados.
Los siguientes 6 kilómetros pasan deprisa, tanto porque el terreno es favorable como porque se acerca la hora de comer y queremos llegar pronto a Ingrandes, un pueblo suficientemente grande como para encontrar un buen sitio donde estar parados una hora... y si puede ser a la sombra, mejor.
Para entrar en el pueblo hay que atravesar el largo puente de 6 pilastras sobre el Loira, construido en 1922. No queremos separarnos mucho del agua, por lo que seguimos en paralelo a ella por las calles de Ingrades.
Sin darnos cuenta dejamos atrás Ingrandes para estar en Le-Fresne-sur-Loire. Aquí encontramos un área de descanso a la sombra, con mesas, fuente y baños... ¿Qué más se puede pedir? Pues la distracción de tener delante una prueba de piraguas en el Loira.
De nuevo con fuerzas recogemos bártulos y damos media vuelta, pero volvemos hacia el puente por la parte alta de estos dos pueblos; así veremos algunos detalles de su patrimonio.
De nuevo en la orilla izquierda, retomamos tranquilamente la ruta por una carretera asfaltada unos metros por encima de los campos por los que discurre, eso implica estar más expuestos al viento. Pasados ocho kilómetros se ve ya la silueta de las casas de St-Florent-le-Vieil.
Alojamiento
Puente ferroviario de l'Alleud (L'Alleud)
Nosotros hacemos lo mismo durante unos 7 km. A esa distancia el Loira se abre rodeando la enorme isla de Chalonnes hacia la que la ruta se encamina, pasando primero sobre el brazo Grande y luego por el de Cordez antes de bajar a la propia isla.
Puente de Girault (Le Port-Girault)
Atravesamos la isla de Norte a Sur dando algún pequeño rodeo y pasando por varias granjas.
Al otro lado de la isla, y de un nuevo brazo del Loira, aparece Chalonnes-sur-Loire, casi el punto en el que empezamos a recorrer la isla hacia el Oeste.
Estos casi 9 kilómetros que avanzamos por la isla hasta abandonarla, nos dejan a las claras que se trata de un enorme maizal. Hay multitud de granjas y algunos pequeños caseríos, como el de La Basse Île donde se puede encontrar un sitio para descansar sentado en un peculiar bar.
Finalmente cruzamos el brazo del Sur para llegar a la orilla izquierda del Loira, en un lugar donde un más que curioso edificio nos llama la atención inmediatamente.
Se trata del pozo de la mina de la Zanja, construido en 1875. Con sus 32 metros de altura se trata de uno de los 13 pozos de piedra mejor conservados de Francia.
Pozo de la mina de la Zanja (Montjean-sur-Loire)
Este pozo alimentaba con toba calcárea extraída a unos 175 metros de profundidad, los cercanos siete hornos de cal. A continuación se enviaba la producción al puerto de Montjean-sur-Loire para que llegase a su destino.
Hornos de cal (Montjean-sur-Loire)
Tal y como rezaban los carteles, la cal se hacía llegar al cercano puerto del pueblo, hoy en día inactivo, aunque una pluma recuerda su actividad.
Puerto de Montjean-sur-Loire
También en el puerto se encuentra el ferry que cruzaba a las personas y a las bestias desde Montjean-sur-Loire hasta la isla de Chalonnes (entre 1958 y 1977), incluso después de que los dos puentes estuvieran levantados.
Puente de Montjean-sur-Loire (1948-49)
Los siguientes 6 kilómetros pasan deprisa, tanto porque el terreno es favorable como porque se acerca la hora de comer y queremos llegar pronto a Ingrandes, un pueblo suficientemente grande como para encontrar un buen sitio donde estar parados una hora... y si puede ser a la sombra, mejor.
Ingrandes
Para entrar en el pueblo hay que atravesar el largo puente de 6 pilastras sobre el Loira, construido en 1922. No queremos separarnos mucho del agua, por lo que seguimos en paralelo a ella por las calles de Ingrades.
Iglesia de Notre Dame (Ingrandes)
Sin darnos cuenta dejamos atrás Ingrandes para estar en Le-Fresne-sur-Loire. Aquí encontramos un área de descanso a la sombra, con mesas, fuente y baños... ¿Qué más se puede pedir? Pues la distracción de tener delante una prueba de piraguas en el Loira.
De nuevo con fuerzas recogemos bártulos y damos media vuelta, pero volvemos hacia el puente por la parte alta de estos dos pueblos; así veremos algunos detalles de su patrimonio.
Iglesia de Fresne-sur-Loire (1871)
Torre del s. XIII (Fresne-sur-Loire)
De nuevo en la orilla izquierda, retomamos tranquilamente la ruta por una carretera asfaltada unos metros por encima de los campos por los que discurre, eso implica estar más expuestos al viento. Pasados ocho kilómetros se ve ya la silueta de las casas de St-Florent-le-Vieil.
St-Florent-le-Vieil
Nuestra idea inicial era la de hacer noche aquí, en el camping de la isla. Al llegar, la recepción estaba cerrada, por lo que nos esperamos un tiempo sin llegar a ocupar parcela. Entretanto nos dimos cuenta que en el camping había un grupo de unos 80 escolares, de modo que decidimos rodar 15 km más hasta el siguiente camping para garantizarnos una noche más tranquila.
Abadía de St-Florent-le-Vieil (s. XVII)
Volvemos a cruzar el Loira para reengancharnos a la ruta en dirección Ancenis, bordeando el pueblo por un parque que acaba a la altura del río Evre, muy cerca de la iglesia de Notre Dame de Marillais.
Iglesia de Notree Dame de Marillais (St-Florent-le-Vieil)
Por suerte esta distancia extra la hacemos por una ancha pista de gravilla en buenas condiciones, de modo que la llegada a Ancenis nos cuesta algo menos de lo previsto, cosa que agradecemos, porque se empieza a encapotar el cielo y la temperatura baja.
Pasado el socavón de una gran cantera se llega al puente que, de nuevo, nos permite evitar el Loira y llegar al camping donde damos por finalizada la jornada.
De modo que lo que nos queda es levantar el campamento y repasar todas las fotografías de la jornada... todo esto con una buena botella de cidra dulce.
Ancenis
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Camping L'Île Mouchet*** (Ancenis)
Datos de la ruta
Distancia: 69,8 km
Tiempo (mov.): 5 h 53 min
Media (mov.): 14,8 km/h
Recorrido
Para descargar el track, este es el enlace.
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